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miércoles, 1 de febrero de 2012


COMER SIN SAL

Según la tradición wixaritari, la naturaleza y tarea de los seres humanos consiste en avanzar hacia su integración consciente con el infinito. Para conseguirlo, practican ciertas técnicas, como alimentarse sin sal durante largos periodos, normalmente durante un año, tres o cinco.
Los wixaritari consideran que el Ayuno Sin Sal es un camino de transformación, para quitarnos la venda que nos impide ver la realidad. Mientras realizan este trabajo viven en la cima de la montaña, en el mundo de los dioses.




Llevo tres años aprendiendo sobre las costumbres y creencias de los wixaritari. He practicado durante un año la técnica wixárica de comer sin sal.
El presente documento relata ésta experiencia. Se puede considerar la narración de un viajero que ha vivido en un lugar muy diferente a su país de origen. Aunque después haya vuelto, ya no seguirá siendo el mismo.
Todavía lo añora, y cuenta las maravillas que allí ha visto, buscando tender un puente entre ambos mundos, aunque para comunicar una experiencia que va más allá de lo racional, deba narrarla en muchos momentos desde la subjetividad más absoluta.
En la presente obra “Comer Sin Sal” me veo obligada en muchas ocasiones a dar una interpretación personal sobre las costumbres e ideología wixárica. Sin embargo, para aportar mayor claridad a quienes desean diferenciar entre la parte subjetiva del relato y la transcripción literal de la tradición wixárica, recogida a través de las palabras de Matzihua, en el presente texto éstas últimas van resaltadas en negrita.


VIVIENDO EN LA CIMA DE LA MONTAÑA


Antes de comenzar el Ayuno Sin Sal, es necesario preparar una pequeña infraestructura. Por ejemplo, encargar el pan a alguna panadería artesana, y congelar varios kilos, porque el “pan sin sal” comercial a veces lleva un poco de sal. Hay que deshacerse de algunos de los productos que guardábamos en la despensa, y al comprar en el supermercado, tenemos que mirar bien las etiquetas de los alimentos, porque la mayoría contienen sal.
Al principio es mejor no complicarnos mucho con los menús, y comenzar sin miedo con platos muy sencillos. Poco a poco nuestro cuerpo nos indicará lo que necesitamos, y sabremos como mezclar los ingredientes. Las especias y las hierbas aromáticas nos pueden ayudar a cocinar comidas muy ricas que no llevan sal sal, y en internet podemos encontrar recetas sin sal.
No se puede comer nada fuera de casa, para controlar mejor lo que comemos, por lo que la vida social prácticamente desaparece. Pero ésta situación nos ayuda a entrar al estado de introspección necesario para sumergirnos en una nueva realidad.
La comida sin sal pierde gran parte de su atractivo. No llena ni satisface. Pero, según mi experiencia, no importa demasiado, porque ese placer que antes percibíamos se transforma en felicidad, libertad, ingravidez. El recuerdo de los platos con sal nos recuerda un lugar desagradable y absurdo.
Desde el segundo mes del Ayuno Sin Sal, los seres y objetos que nos rodean se perciben de manera muy diferente, con una gran transparencia. El aire es muy limpio. Desaparece una especie de neblina, como si nos pusiéramos las gafas. El entorno pierde densidad. Uno tiene la sensación de ser invisible.
Se aprecia más el aspecto tridimensional de los objetos. Al mismo tiempo se podrían describir como sensaciones. Sentimos su esencia o naturaleza. Por ejemplo, un túnel de árboles es y significa un-túnel-de árboles. No es bonito ni feo, bueno ni malo. Es fresco y sombrío, está aquí por algo, es el paso entre dos lugares determinados. Se siente cierta indiferencia a la vez que emoción por éste milagro único. Las sensaciones son tan sutiles que yo seguramente hubiera disfrutado de éste nirvana sin pretender comprenderlo ni explicarlo.
Probablemente al terminar el régimen sin sal lo hubiera olvidado. Pero Matzihua me ha pedido que le explique lo que siento. Me ha costado mucho trabajo poner en orden mis sensaciones y convertirlas en ideas. De manera que he necesitado plasmarlas por escrito.
Para comprender mejor este lugar o estado mágico, he recurrido a comparar mis percepciones con las que viven los wixaritari mientras realizan el Ayuno Sin Sal. Con ésta finalidad he analizado el significado de algunas de las diversas palabras que en lengua wixárica sirven para nombrar la cima de las montañas, el mundo de los dioses.
Estos nombres son sinónimos, aunque cada uno posee sus propios matices: Hiriyapa, Xiutilipa, Bebelipa, Eakabipa, Ipapáripa, Turahiri, Hiri Makuyuevi, Wamoubiery Makukate, Mubiery Utatáripa, Tutú Mashutú, y Hiri Mantiashe.
Hiri Yapa significa cima de la montaña, el lugar donde viven los dioses y el venado. Como las personas y cosas que hay encima de la montaña están tocando el cielo, éste lugar pertenece al espacio.
Vivir en la cima de la montaña significa cambiar la forma de percepción, vivir en otra dimensión, en la que nos sentimos a nosotros mismos y a las entidades que nos rodean como energía, o seres espirituales, aunque estos conceptos no describen adecuadamente ésta vivencia, pues lo hacen desde fuera, utilizando términos racionales.
Incluso en un lenguaje más emocional se expresa esta realidad desde lejos, porque la vivencia del Ayuno Sin Sal se caracteriza por su frialdad. Se podría decir que se trata de una experiencia diferente, o más amplia.
El aire es tan limpio en Hiriyapa, incluso la niebla es tan pura, que podemos ver la verdadera naturaleza de los elementos. Es posible sintonizar con su ser, podemos danzar con su ritmo, como los delfines nadan en el mar, siguiendo el flujo de la corriente.
Cuando alguien se expresa con sinceridad en Hiri Yapa, sus palabras llegan directamente a los elementos, pero si éstas no son sinceras no sirven de nada. En Hiri Yapa se puede conseguir que sea otorgada cualquier petición, incluso cazar al venado. Si hablamos directamente a los elementos, mirándoles a los ojos, ellos con seguridad van a oírnos.
El segundo nombre de la cima de la montaña es Eakabipa, “el lugar del viento”. Más allá de la tierra, en el espacio, existen diferentes zonas. En algunas se concentra cierto tipo de energía que forma lugares sagrados, semejantes a las constelaciones del Zodiaco.
El viento sostiene estos lugares, desde su morada en el poniente. A algunos elementos el viento se los llevó, están en el viento. Arriba hay piedras, a las estrellas las congeló el viento. El viento sostiene al universo. Si se parara un momento, las estrellas se caerían. A su vez, las estrellas sostienen al viento.
Cuando los wixaritari hablan del viento, se refieren a un tipo específico de energía, que existe a varios niveles. Por ejemplo, a nivel atómico. Según la física contemporánea, la velocidad con la que giran los electrones cohesiona los átomos. Si estos se pararan, los átomos se desintegrarían. A su vez, si no existiera el núcleo del átomo, los electrones no darían vueltas, el viento no existiría.
El tercer nombre es Hiri Makuyuevi, “montaña que muestra un color azul”, como las montañas que vemos en el horizonte. Yuevi, el color azul, pertenece al poniente, igual que Tamatsi Ekaitewari, el Hermano Viento, y Tatei Haramara, la Madre Mar. Es un color femenino. También es el nombre del color negro, la oscuridad y la noche, cuando las cosas no se diferencian entre sí.
Los elementos femeninos nacieron antes que los masculinos, son anteriores a la diferenciación de los seres, y este carácter se manifiesta a diversos niveles. Por ejemplo, la madera de los nogales nacidos en un terraplén de piedras azules posee la profundidad necesaria para fabricar con ella instrumentos musicales.
En Hiri Makuyuevi nos encontramos con nuestro inconsciente, lo que aún no ha salido a la luz, y que contiene nuestro pasado, nuestro karma.
El cuarto nombre es Wamoubiery Makukate, “exponer las plumas”. Se refiriere específicamente a las plumas azules de un tipo de urraca que vive en México. Estas plumas son de color azul oscuro tornasolado, como si el arco-iris se hubiera superpuesto sobre una superficie negra. Son muy valoradas y utilizadas por los chamanes wixaritari, porque poseen el poder de comunicar con todos los elementos.
Según la física contemporánea, tanto la luz blanca como el color negro están formados por los colores del arco-iris. El negro se forma por síntesis aditiva, cuando los colores se suman. La luz blanca se forma por síntesis sustractiva, cuando restamos unos colores a otros. Por ejemplo, si restamos al verde el color azul, queda el amarillo.
Desde la cima de la montaña se ve todo el valle , pero todo parece pequeño. Nos damos cuenta de los matices que tienen nuestros problemas y preocupaciones. Podemos conectar con ellos desde arriba, relativizándolos. En Wamoubiery Makukate no actuamos desde la necesidad, sino desde la libertad y la voluntad, más allá de la ansiedad, el miedo, la angustia…
El color azul es frío. La piedra es fría, el agua es fría, el viento es frío. Los seres humanos son calientes. La sal es caliente. Al comer sin sal nos enfriamos y nos hacemos semejantes a los elementos. Los elementos crean un muro de sal, que los separa de nosotros. Ahora estamos dentro del muro.
El quinto nombre es Tutú Mashutú, “flor que florece”. Las flores muestran colores y aspectos muy variados. La Flor florece de muchas formas.
El día tiene cinco flores, y la noche otras cinco. Cada tipo de flor corresponde a un punto del recorrido del Padre Sol, durante el día y durante la noche.
El tiempo es de colores. En la cima de la montaña brotan todos juntos. Cada momento del presente, el pasado y el futuro se abrazan, sin perder ni una nota de colorido. En Tutú Mashutú el tiempo no existe.
Desde la cima de la montaña se ven más montañas. La montaña más lejana que vemos en el horizonte recibe el nombre genérico de Hiri Mantiashe. Este es el sexto nombre que vamos a analizar.
En Hiri Mantiashe viven nuestros ancestros y los seres míticos. Sus rocas son estatuas que los elementos formaron al enfriarse. Son como los santos de las iglesias, pero muy originales y elementales. Se presentaron a los sabios en sus visiones, a veces con apariencia de santos, y así los representaron en cuadros y estatuas. Pero también se fabricaron falsas imágenes, por eso la gente dejó de creer en ellas. Poco a poco los científicos se fueron separando de Dios.
Según la física contemporánea, al principio de los tiempos la antimateria formó huecos. El dibujo formado por las constelaciones se expande desde el Big Bang alrededor de éstos huecos, manteniendo siempre la misma forma.
La energía que forma el universo se desliza, serpenteando como un fluido, repitiendo un dibujo original. Nuestro planeta Tatei Utianaka se desliza por el cielo, como un pez en el agua.
La tierra se formó a partir de fluidos que se solidificaron. Las montañas son puras aguas congeladas, son la misma agua transformada en roca, en cordilleras con forma de serpiente.
Los mitos se dibujan a sí mismos en extensos frisos y relieves. Las grietas y peñascos narran la historia del planeta hasta el momento presente. La historia de nuestro planeta es lo mismo que la historia de los dioses. Lo que está escrito en las estrellas es lo mismo que vivimos en la tierra.


EL PUNTO DE VISTA MEDICO


Según todos los informes médicos la sal es necesaria para el ser humano, pero solo en cantidades muy pequeñas, que podemos obtener con una alimentación normal, ya que muchos alimentos la contienen. No es necesario añadirles sal. Por el contrario, al comer sin sal durante un tiempo, le damos un magnífico descanso a los riñones, el corazón y el cerebro.
En muy pequeñas proporciones, el organismo precisa la ayuda de la sal para desarrollar procesos muy diversos:
- La sal regula la presión arterial.
- Regula el sueño
- Genera energía hidroeléctrica en las células
- Extrae el exceso de acidez de las células
- Absorbe los nutrientes en el tracto intestinal.
- Regula el sueño
- Genera energía hidroeléctrica en las células
- Extrae el exceso de acidez de las células
- Limpia los pulmones de mucosidad.
- Limpia la congestión de los senos paranasales.
- Es un potente antihistamínico natural.
- Aporta dureza a los huesos.
- Regula el sueño.
El organismo humano sólo necesita para su correcto funcionamiento una cantidad de sal veinte veces inferior a la que habitualmente se consume, que suele rondar los 5 gramos diarios. Esta cantidad ya se encuentra en la propia composición de los alimentos que consumimos en su estado natural.
La sal refinada prácticamente no ofrece ningún beneficio para el cuerpo. Por el contrario, es responsable de causar numerosos problemas de salud, porque contiene aditivos dañinos, como el silicato de aluminio, uno de los principales causantes de la enfermedad de Alzheimer. La única sal que el cuerpo puede digerir, asimilar y utilizar de manera apropiada es la sal marina sin procesar y la sal de roca.
En cuanto a las teorías médicas que relacionan los efectos de la sal en la alimentación humana con los estados de conciencia, existen estudios sobre la función que la sal realiza en el cerebro, extrayendo el exceso de acidez de sus células, y sobre la relación del grado de acidez cerebral con la conducta humana.
El doctor Wemmie y sus colaboradores desarrollaron un método no invasivo para detectar cambios del Ph en cerebros vivos, basándose en técnicas de de resonancia magnética por imágenes (MRI).
Sus estudios han mostrado que las proteínas que perciben la acidez son necesarias para las respuestas normales de miedo, y para el aprendizaje y la memoria. Según sus conclusiones, la disminución del nivel de sal en el cerebro, está directamente relacionado con el descondicionamiento del miedo, de lo aprendido, y de lo que recordamos.


LAS TRES ETAPAS DEL AYUNO SIN SAL


En el Ayuno Sin Sal existen tres etapas. La primera es de limpieza. La segunda etapa, de liberación, o segunda limpieza, para encontrar la verdad de sí mismo. La tercera, de sanación total, es un tiempo de cambio. La verdad es que la descripción wixaritari de estas etapas coincide completamente con mi experiencia.
La primera etapa es de limpieza. Para hacer el ayuno sin sal es necesario estar sano, porque cualquier enfermedad latente que uno tenga se manifiesta. Dada la amplia variedad de procesos corporales en los que interviene la sal, salen a la luz los puntos débiles de cada organismo.
Personalmente, viví esta primera etapa desde el tercero al quinto mes del Ayuno Sin Sal, y sentí éstas manifestaciones como parte del proceso de aprendizaje. La forma de percepción que me proporcionaba esta forma de alimentación me ayudaron a entender la relación entre el funcionamiento de mi cuerpo y mis sentimientos, y me permitieron tomar parte más activa en el proceso de transformar la enfermedad en salud.
Siento que a primeros del séptimo mes del Ayuno Sin Sal comenzó mi segunda etapa, de liberación o segunda limpieza, para encontrar la verdad de si mismo. Por esas fechas comencé a soñar por primera vez en muchos meses.
Durante la primera etapa mi inconsciente me había hablado a gritos, por medio de las molestias físicas. Cuando aprendí a escucharle, comenzó a hablarme con susurros. Los sueños me aportaban datos sobre el significado de mis sentimientos.
Comenzó un periodo de auto-análisis en la que se perfilaban con claridad sus causas y su origen. Durante varios meses siguieron viniendo sueños reveladores, que me permitieron profundizar en el análisis hasta momentos muy tempranos en mi vida.
Las escenas que aparecían en los sueños mostraban ciertos aspectos clave en mi forma personal de percibir el mundo. Al final comprendí que mis peores defectos ocultaban mis mejores cualidades. Mis poderes especiales, mi espíritu, eran precisamente lo contrario, como el reverso de una moneda. Sentí con claridad la falsedad de mis percepciones sobre un pasado que me ahogaba.
A partir de entonces, observé en mi vida diaria reacciones propias de las que antes no era consciente, o que consideraba normales e inevitables. A veces me seguían alterando los problemas diarios, pero cuando fui cambiando mis hábitos emocionales, comencé a sentirlos solo como ruidos ocasionales, superpuestos a una hermosa música de fondo.
Después de la limpieza, la luz de nuestro espíritu puede brillar y sintonizar con la luz que convierte en realidad nuestros deseos. La tercera etapa, de sanación total y cambio, comenzó en el décimo mes.
A partir de entonces se sucedieron una serie de acontecimientos que sólo puedo calificar como regalos, y que a su vez siento como pertenecientes a la tercera etapa, posterior a las dos anteriores de trabajo personal, limpieza y liberación.
En enero me invitaron a viajar a México. Llevaba años deseándolo, pero hasta el momento no había sido posible. Para hacer el viaje necesitaba fortalecer mi salud, y me encontré utilizando un recurso que anteriormente no había valorado como medio de aprendizaje: las plantas. Ellas fueron mi segundo regalo. Me mostraron “un flash” de como son y funcionan, haciendo que se desvanecieran mis ideas preconcebidas. Me sentí muy feliz y liberada ante la nueva realidad, y al recibir un canal personal de conexión con la realidad y con mi espíritu.
Sigo considerando que mis descubrimientos de la primera y segunda etapas del Ayuno Sin Sal fueron válidos y necesarios, pero ahora los siento como una capa superficial sobre un nivel más profundo. Siento que éste nivel funciona en una dimensión mágica, y que surgió “por arte de magia” durante la tercera etapa.


EL HIKURY


Dicen que “somos lo que comemos”. Los diferentes alimentos producen distintos efectos en nuestro organismo, y podemos utilizar de manera consciente unos u otros, dependiendo de nuestros objetivos.
Por ejemplo, comer sin azúcar es muy saludable para fortalecer los huesos y el organismo en general, y de hecho los wixaritari no suelen tomar azúcar ni grasas. Pero para quitarnos la venda que nos impide ver la realidad, consideran prioritario comer sin sal. Como el Ayuno Sin Sal es bastante duro, en muchas ocasiones el tomar alimentos azucarados puede suavizarlo, y ayudarnos a llevarlo a término.
Ser vegetariano puede ser muy beneficioso en el marco de ciertos sistemas de aprendizaje, para liberarse de un contexto materialista, pero en el contexto wixaritari resulta perjudicial para enfrentarse al tipo de pruebas que encontramos en éste intenso proceso de transformacion .
El Ayuno Sin Sal forma parte de un ecosistema cultural: la cultura wixárica, y debe entenderse en este contexto. Sirve para avanzar en un camino en el que el híkury es una parte fundamental.
El híkury o peyote es la planta sagrada de los wixaritari. Se trata de un pequeño cactus redondo que crece al nivel del suelo en ciertas regiones desérticas. Contiene una treintena de alcaloides. El más activo de ellos, conocido como trimethocsi fenilethylamina, se ha sintetizado bajo el nombre de mescalina.
Los wixaritari recolectan el híkury en el desierto, y prácticamente todos lo han consumido en alguna ocasión. Pueden tomarlo a cualquier edad, a veces desde la infancia, dependiendo de las señales recibidas.
Cada wixárika decide si quiere seguir consumiendo híkury, así como la cantidad y el momento apropiados para hacerlo. El aprendizaje con ésta planta puede continuar durante toda la vida y tomar diversos rumbos, según la idiosincrasia de cada persona, porque es un camino que no tiene fin.
Desde que se inician en su consumo, la percepción de la realidad, y por consiguiente, la forma de actuar en la vida diaria cambia radical e imperceptiblemente, aunque de forma diversa, dependiendo de las características de cada persona.
El nombre sagrado del híkury es Tamaspársica. Se considera que es el corazón del Padre Sol. Tenemos un solo corazón, porque el Padre Sol se convirtió en híkury y lo puso en el desierto para todos. El híkury abre el corazón. Desde la primera toma, se experimenta una enorme apertura emocional hacia los elementos de la naturaleza, y hacia nuestros semejantes.
Tamaspársica es el arco iris. Dicen que nadie puede ver directamente a Dios, porque su luz sería demasiado fuerte. Pero si podemos ver sus reflejos en el arco-iris. Cada vez que sale el arco-iris, nace un peyote.
Tamaspársica también es el venado. Como éste animal, es fuerte y sutil. Sus cuernos se conectan con el águila, quien entrega su mensaje al Padre Sol.
Desde la primera toma, de híkury, el cuerno derecho de Tamaspársica nos conecta con el mundo mítico, con lo sincrónico, y su cuerno izquierdo con lo diacrónico, con los acontecimientos que se suceden en el tiempo, y que al mismo tiempo son un reflejo o manifestación de lo que sucede en el lado derecho.

Otro nombre y connotación de Tamaspársica es Wahaury Wamoubiery, “la vela y la pluma”. Vela para ofrendar a los dioses lo que debe ser limpiado. Pluma para volar y conectar con el Cielo. Los hombres son transformados por el híkury. Ellos a su vez modifican el mundo, crean a los dioses.

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